Introducción En la actualidad la mayoría de los hogares cuenta con una o más mascotas, en Estados Unidos (E.U.) se reporta hasta más de 50% de hogares con alguna mascota, hasta un 65% en poblaciones de Australia y 70% en Chile y por mucho las más comunes son perros y gatos, pero conejos, aves de corral y otros roedores han incrementado de forma significativa, así como una amplia gama de reptiles y otras especies exóticas, las cuales se ven con más frecuencia como animales de compañía principalmente en la infancia.(1-4) La convivencia con mascotas ha traído consigo un beneficio significativo en los ámbitos tanto social como en la salud mental de sus propietarios,(5) a tal grado que para algunas personas son la única compañía con la que cuentan en su domicilio sobrepasando en dichas circunstancias el riesgo potencial de enfermedades infecciosas. (6) La introducción de animales exóticos y la inclusión de comunidades rurales dentro de áreas urbanas ha traído como consecuencia brotes de patógenos importados y de vida silvestre; esto aunado a que varios estudios han demostrado la falta de asesoría de los médicos a sus pacientes y de los veterinarios a los propietarios de sus mascotas sobre los riesgos a la salud derivado del contacto animal.
(2,7) Por otra parte, el contacto humano con mascotas trae consigo varios millones de infecciones anuales, estas van desde infecciones cutáneas y autolimitadas, hasta enfermedades sistémicas que pueden ser una amenaza para la vida; (2) esto derivado de las crecientes libertades que se dan a algunas especies dentro de los hogares, tales como el acceso a las camas de los propietarios, como lo reportado en un estudio Holandés donde había acceso a 45% de hogares a perros y 62% a gatos, la mitad de los propietarios permitía a los perros lamer la cara y hasta un 45% el acceso a gatos en fregaderos de cocina lo que se asocia a un mayor riesgo de zoonosis. (8,9) De igual forma el contacto estrecho con roedores domésticos y silvestres son un potencial riesgo de transmisión de alguna zoonosis principalmente para niños y pacientes inmunocomprometidos.(10) En relación a la transmisión de infecciones bacterianas, estas han sido relacionadas principalmente por el contacto con reptiles y anfibios, la falta de educación ha traído como consecuencia que estas se posicionen como una de las principales zoonosis debido a la manipulación por niños pequeños y la práctica cada vez más frecuente de venta ilegal de especies pequeñas en mercados informales,(11) a nivel mundial se estima anualmente que se negocian cerca de 640,000 reptiles vivos; (12) de tal forma que debido a su impacto en la salud en E.U. se ha prohibido desde 1975 la venta de tortugas pequeñas.(13)
Epidemiología Las personas pueden adquirir una zoonosis por varias vías, puede diseminarse directamente del animal infectado, de forma indirecta por contacto con el entorno del animal contaminado o por vía de un vector artrópodo como pulgas, garrapatas, moscas o mosquitos; el animal transmisor puede manifestar la enfermedad o padecer infección subclínica o solo estar colonizado y esto traer como resultado la enfermedad en una persona, principalmente población de riesgo como niños pequeños, ancianos e inmunocomprometidos, aunque la asociación de animales sanos con la generación de gastroenteritis es menos consistente si lo es el riesgo potencial de otras zoonosis.(1, 3) En 1987, E.U. reporta una estimación de 4 millones de infecciones anuales derivadas del contacto con mascotas, con un costo médico directo de hasta más de 300 millones de dólares,2 considerando la compañía animal como una fuente potencial importante de gastroenteritis en el humano.(3) Los perros y gatos, así como hurones, roedores y otras mascotas pueden portar parásitos intestinales como Cryptosporidium sp., amibas y Giardia lamblia aunque se desconoce en realidad cual es la frecuencia de la transmisión;(2,3) siendo la prevalencia de protozoarios en perros de 64.8% y de helmintos de 24%,4 algunos de los factores de riesgo asociados a su transmisión es la presencia de diarrea en la mascota, inadecuada disposición de la basura y el contacto con heces de estas mascotas y ganado.(14) De hecho es bien conocido que los cachorros menores de 6 meses son afectados con mayor frecuencia por Cryptosporidium parvum. (3) En cuanto a los gatos, al igual pueden transmitir infecciones virales, bacterianas y parasitarias principalmente en niños por el tiempo de convivencia con ellos, siendo la prevalencia de protozoarios de 66.5% y helmintos de 49%, pero variando a nivel mundial desde un 24% hasta un 90% portando uno o más parásitos, habiendo variación de especies según la región del mundo, siendo esto favorecido por su instinto nómada y cazador el cual inicia entre los 6 y 8 meses de vida, y es en los periodos de diarrea cuando la probabilidad de eliminar parásitos en heces incrementa hasta en 4 veces.(4,9) Al igual que los gatos los roedores poseen agentes zoonóticos, con una prevalencia de helmintos de 61.2% de una o más especies, los cuales pueden ser adquiridos por el humano por la ingestión accidental de hospederos intermediarios (garrapatas o pulgas) o huevos embrionados en alimentos contaminados.(10) Como se mencionó previamente hay una gran variedad de protozoarios y helmintos identificados en mascotas, tanto aquellas que son especie específicas como las que pueden causar infección cruzada con sus propietarios, se describen variaciones en los diferentes países donde se han realizado estudios, en Chile se han reportado en varios estudios en perros y gatos los siguientes parásitos intestinales (Tabla 1).
De las infecciones bacterianas asociadas a la convivencia con mascotas las ocasionadas por Campylobacter y Salmonella son las más comunes. Muchos animales incluyendo gatos y perros son portadores de Campylobacter siendo la transmisión a humanos por la ruta fecal-oral, de las infecciones bacterianas asociadas a la convivencia con mascotas las ocasionadas por Campylobacter y Salmonella son las más comunes. Muchos animales incluyendo gatos y perros son portadores de Campylobacter siendo la transmisión a humanos por la ruta fecal-oral, además pueden ser portadores en boca de especies como Salmonella sp., estimándose como consecuencia de su exposición más de 200,000 casos de gastroenteritis por año.2,3,15 Salmonella sp.
es también común en gatos, perros, pollos, patos y reptiles tales como tortugas e iguanas, siendo un problema de salud pública debido a la generación de infecciones serias principalmente en niños.16 Se ha reportado la contaminación de botanas o snack y carnaza para mascotas con Salmonella lo cual expone también además a sus propietarios por la manipulación, la contaminación de superficies o alimentos en el hogar; estos aditamentos están hechos de pieles crudas y otros órganos de animales los cuales se comercializan importados de diferentes países en una gran variedad de formas donde Salmonella puede subsistir.
17 De igual forma Clostridium difficile puede ser fuente de infección en humanos, ya que la portación por mascotas domésticas principalmente por perros y gatos es común (23%) y aunque esta puede ser transitoria ha sido relacionada por la proporción de cultivos positivos en mascotas portadoras (26.7%) y sus propietarios(13.4%), lo que sugiere que la transmisión domiciliaria puede ser causa de casos asociados a la comunidad.18 En E.U. se reportan cada año alrededor de 1.4 millones de casos de infecciones en humanos por Salmonella, de ellas hasta 600 muertes asociadas, del total de casos se estima que los reptiles y anfibios contribuyen con más de 70,000 de esos casos.19,2
Los reservorios principales de Salmonella sp. son los animales portadores asintomáticos, los reptiles y anfibios como mascotas exóticas son fuente subestimada de salmonelosis, estos la portan como parte de su microbiota intestinal y la eliminan normalmente en heces; han sido varios los serotipos reportados como colonizantes, con una frecuencia de 39% a 74%. Se ha fracasado en el intento de mantener estas mascotas libres de Salmonella, por tal motivo en E.U. la Food and Drug Administration (FDA) organismo responsable del control de medicamentos y alimentos ha prohibido la venta de tortugas con caparazón menor de 10 cm para reducir la manipulación de las mismas por niños, tal medida se estima que evitó la transmisión hasta de 100,000 casos por año.21-23 Las serpientes además de albergar Salmonella en cavidad oral portan una amplia gama de bacterias con potencial zoonótico, tanto aerobia como anaerobia en especial bacilos gram negativos fecales, resultado de la defecación de sus presas al ser ingeridas.12
Existen ciertos patógenos que son especie específicas y que pueden ocasionar patologías bien identificadas en el humano, mientras que otros pueden afectar a varias especies ocasionando cuadros no específicos. De las principales patologías ocasionadas por parásitos transmitidos por perros tenemos la Larva Migrans Visceral y Ocular ocasionada por nemátodos Toxocaracanis, T. catis y Baylisascaris procyonis; la Larva Migrans cutánea o uncinaria es ocasionada por Ancylostoma caninum y A. braziliensis; el quiste hidatídico o equinococosis es causado por Echinococcus granulosus, el nódulo pulmonar solitario o dirofilariasis es ocasionado por Dirofilaria immitis; perros y gatos comparten la transmisión de Tenias, Giardia lamblia y otros helmintos, la convivencia con gatos se caracteriza por la transmisión de Toxoplasma gondii en su forma ocular, congénita o su reactivación en inmunocomprometidos. Le sigue en frecuencia en su presentación las dermatomicosis ocasionadas principalmente por Microsporum canis transmitidos por perros y gatos aún sin manifestar enfermedad. De las infecciones transmitidas por ectoparásitos tenemos a la Rickettsiosis ocasionada por Rickettsia rickettsii donde se involucran principalmente roedores y conejos y la escabiasis o sarna ocasionada por Sarcoptes scabiei con los perros como principal fuente.
Las bacterias que no ocasionan patología intestinal en el humano, tenemos Brucella canis siendo principalmente su transmisión ocupacional al manipular secreciones genito-urinarias de perros; la leptospirosis puede ser transmitida por cualquier animal siendo frecuente por el perro callejero, manifestándose de forma septicémica o inmunológica; la tularemia ocasionada por Francisella tularensis contraída por animales contaminados o garrapatas y que puede expresarse como tularemia oculoglandular, orofaríngea y enfermedad neumónica o tifoídica; la enfermedad por arañazo de gato es ocasionada por Bartonella henselae; la peste es ocasionada por Yersinia pestis por exposición principalmente a reservorios como roedores e insectos vectores y su presentación puede ser neumónica, bubónica o septicémica.
El contacto con roedores principalmente silvestres puede ocasionar infecciones por patógenos como Pasteurella multocida, Campylobacter, Salmonella, Yersinia, Tularemia, plaga, tifo, Leptospira, dermatofitosis, coriomeningitis linfocítica, fiebre por mordedura de rata (Streptobacilus moniliformis y Spirillum minus), rabia y fiebre hemorrágica. Los hurones pueden transmitir rabia, influenza, Salmonella, Campylobacter y ser reservorios de Cryptosporidium, Mycobacterias, Listeriosis y otros patógenos similares a los transmitidos por perros y gatos. Las aves pueden ser transmisoras de E. coli, Mycobacterium avium, Chlamydia, Cryptococcus, Histoplasma, Cryptosporidium, Salmonella y virus de encefalitis.
Aspectos clínicos La gastroenteritis es una de la zoonosis más común secundaria a la convivencia con mascotas, siendo la población pediátrica la de más riesgo por la mayor convivencia y manipulación sobre todo de especies pequeñas, por tal motivo es habitual que los casos más severos se puedan presentar en niños pequeños, ancianos e inmunocomprometidos.3 Aunque la frecuencia de adquirir una parasitosis por el contacto con mascotas se desconoce, está confirmado la transmisión zoonótica de algunos de ellos, tal es el caso de Cryptosporidium sp. la cual puede causar diarrea severa en humanos y mascotas, por lo general es autolimitada en inmunocompetentes pero puede causar diarrea crónica debilitante, malabsorción intestinal, emaciación y muerte en inmunocomprometidos, siendo este un problema de salud pública por la convivencia principalmente con perros, C. parvum ocupa más del 90% de dichas infecciones a nivel mundial.14
La infección por helmintos y protozoarios incluyendo amibas y Giardia puede ser asintomática y autolimitada, aunque en pacientes de riesgo se puede manifestar como diarrea crónica, cuadros de dolor abdominal recurrente, irritabilidad y prurito.4,10 Los propietarios de mascotas son afectados comúnmente por Salmonella y Campylobacter, de esta última se estiman más de 200,000 casos de gastroenteritis anuales, siendo C. jejuni y C. coli las aisladas con mayor frecuencia principalmente en cachorros aun estando sanos.8 En E.U. del total de infecciones por Salmonella, 6% son adquiridas por el contacto con reptiles y anfibios, ya sea directa o indirectamente por contaminación del entorno, siendo las tortugas una causa común. Se ha considerado un problema de salud pública, la mayoría de las infecciones son causadas por Salmonella no typhi y aunque la mayoría son autolimitadas, los pacientes de riesgo pueden presentar además de gastroenteritis infecciones extraintestinales e invasoras como fiebre tifoidea, sepsis, endocarditis, neumonía, osteomielitis, artritis, infección de tejidos blandos, urogenitales y meningitis con una mortalidad considerable.19,21-23 Los niños menores de 5 años son los más comúnmente afectados con un riesgo de hasta 2.5 veces más de hospitalización, siendo las especies más frecuentemente aisladas S. Newport y S. Pomona en tortugas y S. Montevideo en serpientes, habiéndose reportado brotes por S. Poona y S. Sandiego en E.U.11,21,22,24 Las serpientes albergan en boca bacterias con riesgo de infección potencial como Pseudomonas sp., Morganella morganii, Acinetobacter calcoaceticus, Aeromonas hydrophila, Salmonella sp., Staphylococcus sp., Clostridium sp., y Bacteroides.12 La presentación de infecciones por Clostridium difficile en la comunidad puede ser relacionada a la convivencia domiciliaria con mascotas principalmente perros y gatos, siendo creciente su frecuencia aun sin tener el antecedente de ingesta reciente de antibióticos o de haber recibido atención hospitalaria, al igual que el incremento en el estado de portador asintomático principalmente en niños.18
Recomendaciones Cuando se tiene la sospecha que ante un cuadro de gastroenteritis está involucrado el contacto con una mascota, como ante todo cuadro infeccioso debemos hacer lo posible por identificar el microorganismo causal, por tal motivo es importante realizar exámenes de laboratorio según sea el caso, coproparasitoscópicos y/o cultivos bacterianos, dependiendo del cuadro clínico ya sea solo cultivo de heces o a la par de hemocultivos si hay manifestaciones sistémicas con la finalidad de dirigir la terapéutica, teniendo en cuenta que la mayoría de los cuadros son autolimitados; sin embargo, en pacientes de riesgo y con manifestaciones intestinales persistentes o datos sistémicos se deberá tener en mente la posibilidad del uso de antiparasitarios o antibacterianos según lo amerite el caso considerando las manifestaciones y los resultados de laboratorio. Por otra parte, si la relación de un paciente de riesgo con sus mascotas es estrecha y no se tienen las precauciones de higiene necesarias, debemos considerar el manejo de antiparasitarios como medida preventiva.
Considerando las implicaciones en salud pública que conlleva la convivencia con animales domésticos y silvestres es de suma importancia fortalecer la colaboración que debería de mantenerse entre los médicos, principalmente el pediatra, los médicos de atención primaria y el veterinario, además de otros profesionales de la salud y científicos, tal práctica mejorará el entendimiento de dichas infecciones, su presentación, detección y prevención, además de dar herramientas para el estudio de la relación del humano con animales domésticos y silvestres.1,2 Para ello es necesarios que de forma rutinaria la historia clínica contenga cuestiones acerca de la posesión y el tipo de contacto con mascotas o cualquier otra exposición con animales, sobre todo cuando hay sospecha de zoonosis se debe ser más acucioso, principalmente cuando el paciente es un niño pequeño, persona de la tercera edad, embarazada e inmunocomprometido; no se debe recomendar la eliminación de la mascota enferma siempre y cuando esta sea adecuadamente tratada.
Es importante dejar bien claro que los reptiles y anfibios no son mascotas recomendables para niños menores de 5 años por el riesgo elevado de infección por Salmonella sp., se debe evitar contar con estas mascotas en estancias infantiles y ser estrictos en el lavado de manos si se tuvo contacto con alguna.1,19
De igual forma para este grupo de edad, y para los pacientes de riesgo antes mencionados debemos recomendar el evitar contacto con cachorros de perros, gatos, patitos, pollitos, reptiles y animales con diarrea, animales en granjas y en tiendas de mascotas.2 Es necesario fortalecer los hábitos higiénicos en la convivencia con cualquier animal, asegurando el lavado de manos posterior a su manipulación sobre todo en la población de riesgo, y asegurar el adecuado manejo de excretas, en los perros de compañía evitar su contacto con otro tipo de ganado por el riesgo de adquirir patógenos que pueda transmitir en el hogar.14 A pesar de que algunos estudios refieran que la convivencia con mascotas no es una fuente mayor de gastroenteritis en el hogar y que su relación genera mayor beneficio a la salud de los propietarios e incluso un efecto protector,3,25 debemos tener en mente que las poblaciones en las cuales se realizaron dichos estudios no son iguales a las nuestras y que las condiciones de salud y el cuidado de las mascotas puede ser lo que genere la diferencia, siendo nuestra obligación tener siempre en mente el riesgo potencial de una zoonosis y que todo trabajador de la salud debe siempre sospechar e identificar estas patologías, pero siempre lo más importante es el hacer labor preventiva y educar en este aspecto a nuestros pacientes y a sus cuidadores.